Minería ecológica: Biominería.

 

minerales: cobre nativo
Cobre nativo. Foto: Tienda mineral-s.
Puede parecer un concepto futurista porque tal y como suena la biominería es un proceso por el cual se extraen las menas contenidas en diversos minerales gracias al uso de bacterias.
La intervención de bacterias y otros microorganismos en la formación de los minerales es algo ya sobradamente conocido, muchos científicos calculan que hasta los dos tercios de los minerales se han formado gracias a los procesos microbianos en el subsuelo. Los llamados extremófilos obtienen la energía devorando minerales para construir otros.
Hemos oído muchas veces como se estudia el entorno del Río Tinto precisamente para detectar estas formas de vida, para establecer si estas condiciones, que si saben aprovechar nuestras bacterias, pudiera haber tenido lugar también en Marte. El Rio Tinto contiene hasta 15 gramos de hierro por litro, su color y sus señas de identidad hacen pensar que esta concentración se debe a la intensa y centenaria minería convencional en forma de contaminación, pero no es así. En la franja pirítica Ibérica a 500 metros de profundidad, cuando confluyen cursos de agua y minerales metálicos, muchos microorganismos llamados extremófilos y también «come piedras» comienzan a nutrirse, asimilando la energía que necesitan y excretando ácido sulfúrico e ión férrico.
Lo anteriormente expuesto es la base de lo que denominamos «biominería» y ya es una técnica extractiva que se emplea en la extracción de cobre en minas Chilenas, en Australia, Suráfrica y que otros países están comenzando a incorporar. Esta técnica minera conocida como lixiviación bacteriana, nos aporta más del 20% de la producción de cobre. Está considerada como un método extractivo menos contaminante pero además válido para poner en valor los pasivos ambientales de la minería tradicional, relaves, escombreras y botaderos pueden pasar de ser un problema paisajístico y medioambiental para convertirse en parte productiva y con una metodología escrupulosa no solo aportar la riqueza inherente a las menas contenidas sino además contribuir a la recuperación de los entornos mineros.
Los métodos de aplicación de esta biotecnología son diversos algunos desarrollados por importantes multinacionales como el BIOX de Gold Fields y otros desarrollados por Newmont y Gobiotics, estos son de aplicación directa para grandes cantidades de concentrado que se tratan en tanques que han de permitir procesos de agitación y aireación. Pero hay otros métodos que están más orientados al aprovechamiento pasivo, casi sin intervención humana de los materiales de desecho y también métodos intermedios que permiten desarrollar concentrados líquidos desde los acopios minerales usando como catalizador la dispersión de ácido sulfúrico para estimular la acción bacteriana.
Esta minería tiene un presente rentable y sostenible y sobre todo un futuro importante, su práctica no solo se aplica a los yacimientos cupríferos, también la minería del oro y la plata están ya beneficiándose de estas biotecnologías y se están realizando investigaciones que tienen como objetivo el desarrollo de métodos que contemplen todos los ciclos extractivos desde una óptica de optimización de la energía y el trabajo humano para llegar a una minería más respetuosa, que se integre en los medios naturales y sociales de forma no contaminante y generadora de riqueza y bienestar.